o4.marzo.2011
Artículo escrito por Maritza Juno Mihangos
Categoría: superación personal
El miedo y la preocupación son una constante en nuestras vidas que nos conducen a vivir eternamente estresados. Pero ¿qué es exactamente lo que nos preocupa? ¿Podemos darle solución a nuestro problema? ¿Se trata de un problema real o imaginario? ¿Depende de nosotros el resolverlo?
Problemas
Por lo general tenemos 3 clases de problemas: aquellos en la que la solución está a nuestro alcance; los que no dependen de nosotros mismos el resolverlo, y los imaginarios.
Al mal paso darle prisa
Los problemas o preocupaciones, que están en nuestra mano el poder resolverlos, y que por lo tanto desaparezcan de nuestra vida y mente -debemos afrontarlos de inmediato; a la voz de ya-. Como reza el dicho: “al mal paso darle prisa”.
En la mayoría de los casos, ésta categoría de problemas, han pasado a ser de un simple pendiente a una enorme preocupación, -que nos acosa de día y de noche-. Esto se debe a que no le dimos la atención necesaria, en el momento adecuado y oportuno. Lo hemos ido posponiendo, por desidia, por pereza, por miedo, porque tal vez era tan simple que lo postergamos debido a su simplicidad. Pero con el paso del tiempo ha ido creciendo y ahora ya no es una preocupación pequeñita, se ha convertido en un problemón y tenemos miedo de no poderlo resolver.
Decisión
La solución todavía está en tus manos. Solamente es cuestión de decisión y valentía. Toma conciencia de todos los factores. Sí te sigue preocupando es porque requiere una solución, un acuerdo, una explicación, tal vez un perdón. ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Quedarte en la misma situación que te encuentras ahora?.. Puede ser… Sin embargo hay la enorme posibilidad de que todo se resuelva favorablemente. El NO ya lo tienes ahora; pero puedes tener el SI. Puedes pasar del plano negativo al positivo, teniendo una actitud positiva –valga la redundancia.
Los problemas -en los que además de nosotros- también depende de terceros el darles una solución, es totalmente inútil seguirnos estresando y preocupando, porque no ganamos nada bueno con ello –para nosotros mismos-. Al contrario, la preocupación, el estrés y el miedo causarán en nuestro organismo una baja en el sistema inmunológico que podría conducirnos a una enfermedad. Sin mencionar otros síntomas negativos como el insomnio, el cansancio, la falta de apetito, la angustia y la ansiedad.
Como no está en tus manos resolverlo SÍ está en las manos de Dios. Tranquilízate, procurando relajarte unos quince minutos diariamente –en el momento más adecuado para ti,- meditando en lo omnipotente, omnipresente, omnisciente y amoroso que es Dios, y déjale tu problema a Él. Recuerda que para Él no hay imposibles. Ten fe.
Y también recuerda que sí no se resuelve de la manera en que tú deseas es porque hay algo mucho mejor para ti. Pero te aseguro que te sentirás en paz.
Responsabilidad
Generalmente estos “problemas o miedos” son originados por un sentimiento de culpabilidad y es por ello que les damos vueltas y vueltas en nuestra cabeza. Creemos que lo podríamos haber dicho o hecho mejor. Que nos equivocamos. Que fue nuestra culpa. Que nos faltó valor, sinceridad, comprensión, inteligencia, capacidad, tolerancia, astucia –la lista es interminable-.Pero no es así, generalmente en una situación que nos está causando preocupación o miedo, estuvieron involucradas por lo menos dos personas o más. Por lo que es totalmente imposible que sea únicamente tuya toda la responsabilidad de lo sucedido. Sí estamos preocupad@s o temeros@s es precisamente porque somos más responsables, étic@s y menos culpables que la otra parte. Lo más probable es que la otra persona no esté preocupada o temerosa en lo más mínimo. Por lo tanto no vale la pena que te sigas consumiendo en la incertidumbre por algo que ya sucedió y pertenece al pasado. Esto te roba más energía de la que puedas imaginar –es muy desgastante-.
Cree en ti mism@, no te devalúes. Sé valiente y piensa inteligentemente.
Aprender a aprender
Creemos que nuestros problemas o miedos son difíciles de superar o resolver. Pero es solamente una creencia. Con Inteligencia, valor, sinceridad y buena voluntad se superan la mayoría de los retos en nuestra vida. Estamos aprendiendo. Estamos en la escuela de la vida. Todos cometemos errores. Lo grandioso y satisfactorio es superar los tropiezos y seguir adelante aprendiendo a aprender.
Frases
“Dios mío dame el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar,
La inteligencia para aceptar las cosas que no puedo cambiar y
La sabiduría para diferenciar entre estas dos”.
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