09.feb.201 1
Artículo escrito por Maritza Juno Mihangos Categoría:valores
Confianza
La confianza necesita de mucho tiempo para construirse pero puede destruirse en segundos.
Se dice que sin amor no tenemos nada pero sin confianza tenemos menos. La confianza y el amor van de la mano, la confianza es el sentimiento más importante que debemos adquirir y de ésta manera se sumará a cada uno del resto de los sentimientos. De ésta manera tendremos una vida feliz y tranquila.
Amor + confianza = felicidad
Amor - confianza = desdicha La confianza en la familia
La confianza en todos los ámbitos es necesaria para nuestra tranquilidad. Pero la confianza más importante en nuestras vidas es la confianza en nosotr@s mism@s. Los padres somos los responsables de sembrar la semilla de la confianza en nuestr@s hij@s.
El sentimiento de confianza debe ser enseñado a los hij@s con el ejemplo. De poco valor son las palabras, cuando debemos ser congruentes. Los hij@s adquieren confianza en los padres, cuando estos les aclaran todas sus dudas, les advierten de los riesgos de la vida, y les explican con seguridad y amor acerca de todos los temas que van surgiendo conforme viven el proceso de su desarrollo. Cuando los hij@s están bien informados -por sus padres- acerca de todos los temas relacionados con su edad, no tenemos por qué tenerles desconfianza, pues valga la redundancia: nosotros los padres tenemos la confianza de que les hemos enseñado y explicado bien. Esto forma lo contrario de un círculo vicioso: un círculo de confianza que va creciendo con el tiempo.
La confianza en la pareja
Como en todas las relaciones, en la pareja la confianza es imprescindible, ya que la pareja es uno de los pilares de una sociedad con valores bien fundados. Es triste decirlo pero la decadencia actual de la pareja, está relacionada con la pérdida de confianza.
Todas las parejas tenemos nuestras desavenencias y de esto se trata la relación, de ir superándolas con el amor y la tolerancia. Pero cuando se pierde la confianza, se pierde todo, sobre todo cuando se trata de la confianza en la fidelidad.
La confianza en el lugar de trabajo
Es difícil actualmente elegir con quien o en donde trabajar, pero dentro de nuestras posibilidades lo más conveniente es que se nos conozca como una persona de confianza. Esto lo podemos lograr siendo responsables con nuestro trabajo y nuestro trato hacia los demás. Desde la puntualidad hasta el respeto por todo y tod@s.
En la parte contraria, si nuestro jefe directo, gerente o director –que muchas veces es el dueñ@- no son personas de confianza (no cumplen con lo prometido y no valoran nuestro trabajo) deberíamos buscar la alternativa de ingresar nuestro currículo a alguna o varias empresas de prestigio.
La confianza en la amistad
Generalmente nosotros mismos hemos elegido a nuestros amig@s. Reza el dicho que l@s verdaderos amig@s pueden contarse con los dedos de una sola mano. Sí tenemos la gran fortuna de contar con un@ o vari@s amig@s, no deberíamos traicionar la confianza que han depositado en nosotros, de ésta manera estaremos segur@s que la que nosotros hemos depositado en ell@s tampoco lo será.
La verdadera amistad no se puede comprar y quién tiene un amigo tiene un tesoro.
La confianza en Dios
La confianza en Dios es la Fe que se tiene en El.
Creas o no en Dios, no pierdes nada en tener FE y sí podrías ganar mucho.
Tod@s queremos tener y dar confianza
No podemos ser felices si no tenemos confianza los un@s en los otr@s.
Tener confianza en un@ mism@, en nuestra pareja, en nuestr@s hij@s, vecin@s, familiares, compañer@s de trabajo, soci@s, jefes, amig@s. Pero la semilla de la confianza se siembra en casa y al igual que al amor debemos regarla, cuidarla y protegerla todos los días de nuestra vida para que pueda crecer y tener vida eterna; porque de ésta manera podemos heredar la confianza a nuestros hij@s, niet@s, bisniet@s y todas nuestras generaciones por venir.
¡Sería hermoso que todos sembremos confianza!
¡Mucha suerte!
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